Antigua colonia del Reino Unido, Países Bajos y Portugal, la isla antes conocida como Ceilán ha sufrido permanentes cambios a lo largo de su historia. Tras el final de la cruenta guerra de los tamiles en 2009, la paz ha vuelto a reinar en este paraíso situado al sur de la India.

Sri Lanka o "aquella que brilla", es una nación en la que, a diferencia de sus vecinos del Norte, nos encontramos con una mezcla de religiones lideradas por la senda Budista, con el hinduísmo retirado en la cuarta posición.

En este viaje descubriréis tierras altas y montañas, playas, monumentos...Pero la auténtica joya de la isla son las personas. No hay mejor valor en Sri Lanka que la simpatía y ganas de agradar de aquellos que, teniendo menos, te lo dan todo.

¡Bienvenidos a Asia, bienvenidos a un viaje inolvidable!

ITINERARIO

En estos 12 días vamos a mostraros los sitios clave de la isla, así como posibles combinaciones que puedan resultaros interesantes.  Lo primero que debéis saber es que, aunque el aeropuerto se llame Colombo International Airport, en realidad se encuentra en Negombo, una ciudad situada al norte, a unos 50 minutos en coche.

Esta isla tiene mucho que ver y de lo que aprender. ¡Esperamos que lo disfrutéis! 

Día 1: Ruta en Maps

Tras aterrizar, nos esperaba en el aeropuerto nuestro conductor. Para encontrar los mejores guías de la isla, acceded a este link.

Nuestro vuelo aterrizó temprano por la mañana, con lo que decidimos visitar la ciudad de Colombo. Es la mejor opción, puesto que vendréis cansados y requiere menos caminatas que otros puntos.

Colombo no es, ni de lejos, un elemento representativo de Sri Lanka. Sus calles, urbanismo, tráfico y caos contrastan con la paz que descubriréis en el camino. No os asustéis.

No obstante, esta capital administrativa sí que ofrece algunos enclaves interesantes para el turismo:

Empezamos nuestro periplo yendo al Templo Gangaramaya. La principal senda espiritual de Sri Lanka es el Budismo, seguida por el Hinduísmo y las religiones Cristiana y Musulmana. Es uno de los templos budistas más antiguos del país, y cuenta con una basta colección de figuras de Buddha. Desde aquí partiremos a Galle Face Green, una esplanada verde (hoy en día en peor estado por las obras de los rascacielos del puerto de Colombo) que da al mar. Allí podréis ver numerosos puestos vendiendo comida, helados y a la gente volando sus cometas.

Antes de abandonar la ciudad, apelamos a vuestro comprador compulsivo interior con el paso por el famoso mercado abierto de imitaciones, el Mercado de Pettah. Colorido y con múltiples tiendas, es un sitio en el que perderse. Antes de ir, preguntadle al guía si es buen momento, dado que con las tiendas a punto de cerrar se convierte en un insulso callejón. En el camino de salida, encontraréis la mezquita Jami Ul Alfar, con una preciosa fachada que da muy buen resultado en las fotos.

De vuelta a Negombo, aquellos que empiecen a notar las exigencias de un viaje tan largo y del jet lag deberían ir a descansar a su hotel. El circuito es largo, y se debe aprovechar cada rato de descuento.

Negombo es una ciudad de ambiente colonial, con multitud de templos e iglesias. Entre estos destacan la San Sebastian church y el templo Angurukaramulla. Además, y de nuevo os aconsejamos preguntar a vuestro guía, podéis visitar el impresionante Fish Market que se monta a diario y donde todo el mundo compra la comida.

Noche en Negombo.

Día 2:

Durante el paseo al río descubriréis muchas tiendas para comprar recuerdos, pero además aquí podréis encontrar otra cosa importante. Podréis cambiar dinero a un ratio MUCHO mejor que en los bancos, preguntad a vuestro guía y os sabrá indicar en qué tienda hacerlo.

Antes de continuar el viaje directos hacia Sigiriya, una de las joyas de Sri Lanka, os aconsejamos la opción de seguir subiendo hacia el norte y visitar Anuradhapura. Ciudad que fue capital del país, cuenta con un colosal conjunto de templos y elementos religiosos, muchos de los cuales se encuentran en uso hoy en día. En ese lugar, incluso, podréis ver el Sri Maha Bodhi, árbol que se cree proviene del árbol en el que Budha llegó a la iluminación. La travesía suma una horas al viaje, pero si tenéis tiempo, pensamos que es recomendable para conocer mejor la cultura e historia del país.

Llegados a Sigiriya, probablemente será tarde y querréis descansar tras un largo día de aventuras y disfrutar de una rica cena de platos locales. Probad, pero cuidado con el picante.

Noche en Sigiriya.

Día 3:

Hoy toca madrugón de nuevo. Pero el motivo no puede ser mejor: subir al Lion Rock (el lugar más visitado de la isla) y evitar tanto a las masas como a las enormes avispas asiáticas.

Por estas últimas no debéis preocuparos si madrugáis, están dormidas y no revolotean a esas horas. Llevad agua, gorra y calzado cómodo, pues hace mucho calor por esa zona.

Esta visita, que os dejará boquiabiertos, tanto por su historia (un rey usurpador se encerró en lo más alto con sus huestes para escapar de su hermano) como por las maravillosas vistas.

Si tenéis ganas de subir a otra roca, tenéis la opción de ir a Pidurangala Rock, que está relativamente cerca y ofrece unas vistas similares. Muchos os la recomendarán por encima de Lion Rock, pero tened en cuenta que está mucho más salvaje, con todo lo que ello conlleva.

Nuestro viaje nos lleva ahora a Polonnaruwa, otra de las capitales del país.

Sobre las 3 de la tarde tenéis cita con el safari de Minneriya. Esta visita será uno de vuestros mejores contactos con la naturaleza, no dejéis de hacer este tour, en vuestro propio jeep organizado por vuestro guía. Es una experiencia brutal para ver los elefantes en libertad.

Noche en Sigiriya.

Día 4:

En este día abandonamos Sigiriya para adentrarnos en una aventura de templos de Dambulla. El primero de ellos será el templo del Buddha de Oro. Éste cuenta con una gran estatua que os dejará boquiabiertos, aunque lo mejor está en la cima de la montaña a sus espaldas, en los templos de las cuevas. Podéis subir andando (en un duro camino) o pedir a vuestro guía que os suba en coche hasta un punto determinado.

Este complejo cuenta con más de 80 cuevas documentadas, aunque las realmente interesantes son 5. En ellas podréis ver un sinfín de printuras y estatuas. 

De aquí os ofrecemos la posibilidad de que vayáis a visitar cualquiera de los jardines botánicos (medicinales) que hay en Kandy. El más famoso, sin duda, es el Jardín botánico de Peradeniya. Cuenta con un recorrido enorme en el que podréis ver los distintos tipos de plantas, usos medicinales de la tradición asiática y unos paisajes maravillosos alejados de ruidos y carreteras.

Para la tarde noche, no hay mejor opción que haber reservado (en vuestro hotel o con vuestro guía) un buen masaje ayurvédico (ojo con los aceites, que acabas embadurnado).

Noche en Kandy.

Día 5:

Relajados tras el masaje y descanso de la noche anterior, nos adentramos en el caos de la bulliciosa ciudad de Kandy. Ésta ciudad es uno de los motores económicos del país, y como tal se muestra: gente, tráfico y muchos negocios y mercados.

Aquí de nuevo podréis aprovechar a obtener buen cambio por vuestros euros/dólares.

El objeto de nuestra visita no es otro que ir a ver el templo del Diente de Buddha. Según cuenta la leyenda, escrita en pasajes en el templo cual Biblia, un sacerdote saltó entre las llamas de la incineración de éste y obtuvo un diente, que transportó de la India a Sri Lanka. Éste diente fue base de conflicto entre reyes e incluso con el Imperio Británico, sufriendo numerosos secuestros y falsificaciones. 

¡Aviso a navegantes! El templo tiene una importancia mayúscula para la población budista, lo que significa que habrá aglomeraciones, así que id mentalmente preparados para que invadan vuestro espacio personal. 

A continuación iremos al templo del Buddha de la montaña. En el camino, no olvidéis pedirle a vuestro guía que haga una parada en algún mirador de la ciudad. Existen puntos desde los que se puede recoger en una foto todos los elementos clave de Kandy para un gran recuerdo de la ciudad.

En el templo, quizá la vista exterior merezca más la pena que subir a la enorme estatua. Tiene una escalera que no proporciona grandes vistas y que circula por detrás de la misma. Ni vistas ni elementos diferenciadores.

Kandy, como decíamos anteriormente, es un fuerte núcleo comercial. Es por esto que podréis aprovechar a realizar vuestras compras de gemas y sedas en tiendas que estén certificadas. Regatead y reclamad siempre los certificados para estos elementos, si no, podrían estar viendiéndoos cualquier cosa.

Noche en Kandy.

Día 6:

Habiendo disfrutado hasta esta parte de la isla, nos preparamos ahora para ir a las Tierras Altas. Tomaremos desde Kandy el tren que nos lleve a Nuwara Eliya. Este tren está considerado como uno de los más pintorescos del mundo por la experiencia y las alucinantes vistas que proporciona durante el trayecto. 

Tras cerca de 3:30-4 horas de viaje en los que os dará tiempo a hacer de todo, nos encontramos con una temperatura mucho más baja e incluso la posibilidad de que llueva. Acordad con vuestro guía dónde os estará esperando a la llegada (ellos hacen el trayecto con vuestro equipaje en coche). 

A la llegada a la ciudad, que quizá ya estará entrando en su atardecer, aprovechad para pasear por los mercados (es la mejor forma de conocer una ciudad) e incluso comprad algo de fruta. Allí mismo os encontraréis con una imagen icónica de Sri Lanka: su preciosa Oficina Postal. Desde aquí podréis enviar postales a vuestros amigos relatando vuestras aventuras.

Noche en Nuwara Eliya.

Día 7:

Uno de los mayores madrugones del viaje se encuentra en el día de hoy, y es que nos tenemos que levantar casi al alba para ir a visitar Horton Plains. Un sendero en el que conoceréis 'El Pequeño Fin del Mundo' y el verdadero 'Fin del Mundo', y al que acude mucha gente y que requiere que estéis pronto para encontrar el punto exacto entre la niebla y un calor nada agradable en ciertas épocas del año. 

Desde aquí visitaremos una de las famosas plantaciones de Té de la Isla: Pedro Tea Factory. Sri Lanka es el mayor exportador de té negro del mundo, y sus técnicas tradicionales son un reclamo turístico del país.

Para comer antes de coger el segundo tren que nos deje en Ella, recomendamos encarecidamente ir al restaurante Indian Summer, con vistas al lago y una comida India muy buena.

El tren en este caso llevará unas 3 horas para llegar a la ciudad de Ella. Cuando lleguéis no lo vais a creer, es un punto en mitad del camino lleno de gente occidental (mochileros y viajeros) con bares, restaurantes y mucha vida nocturna concentrados en una larga calle.

Noche en Ella.

Día 8: 

Con un despertar más tardío que la mañana anterior, iniciamos el día con una caminata por caminos no muy definidos para verl el 9 Arch Bridge. Aquí podréis conseguir una foto maravillosa de los trenes circulando por el mismo. ¡¡Aseguraos de que os lleven a la hora adecuada!!

A continuación comenzamos el ascenso al Little Adam's Peak, cuyas vistas no tienen nada que envidiar a las de días anteriores. Llevad calzado cómodo, es cansado y empinado.

Ya de vuelta en el coche, la siguiente parada será en las Rawana Falls. No os engañamos, es una parada rápida para hacer la foto, pero poco más.

Desde este punto volvemos a hacer un largo recorrido hasta Budurungwalle, donde tenemos un complejo de templos sobre las rocas. Podéis evitaros esta parada si se os ha hecho tarde o si estáis muy cansados.

Finalmente llegamos a Tissamaharama, donde nos preparamos a cenar y acostarnos pronto, pues la visita al safari de Yala del día siguiente empieza temprano.

Noche en Tissamaharama.

Día 9:

Y llegó uno de los eventos más esperados del viaje: el Safari de Yala. Antes de nada, avisaros de que el madrugón es de época, pues es cuando se hace más probable ver a los animales saliendo de sus madrigueras.

El recorrido en Jeep se reserva con antelación con vuestro guía, que moverá sus contactos. Preguntad el tipo y aseguraos de tener vista 360º, no aceptéis menos. Tened en cuenta que hay que dar propina luego al conductor.

En el safari podréis ver: Elefantes, cocodrilos, pájaros y pavos reales, ciervos, especies de ñus y, si tenéis mucha mucha suerte o un conductor muy avispado: el leopardo. Éste no se deja ver muy a menudo, pero nosotros tuvimos la suerte y la pericia del conductor de verlo.

Una mañana tan excitante no puede sino ser acompañada de una tarde de relax en una preciosa playa como es Mirissa. Tomar algo en uno de los locales a pie de playa y ver el atardecer, o comprar saris, monederos, pantalones...en la tienda (cuyos precios no volveréis a ver en todo el viaje) es una de las joyas ocultas de este viaje.

Nosotros elegimos hacer noche en Unawatuna para no estar cambiando de hotel cada noche y hacer las tres siguientes allí, pero la opción de Mirissa es buena también.

Noche en Unawatuna.

Día 10:

Día completo de relax. Os recomendamos reservar en vuestro hotel un buen masaje que os ayude a eliminar las tensiones de los madrugones y recorridos de días anteriores.

Los hoteles de la zona son de tipo resort, con lo que tendrán diversos restaurantes que podéis probar. Sin embargo, si queréis ir a investigar y comer/cenar en la playa, podéis probar las mejores recomendaciones de Unawatuna Beach en tripadvisor.

Para los más inquietos, también tenéis la posibilidad de disfrutar de las largas calles de tiendas y puestos de Unawatuna. Podréis echar un buen rato regateando y comprando todos los recuerdos que queráis llevar de vuelta a casa.

Noche en Unawatuna.

Día 11:

Si ya pusimos ayer nuestro cuerpo a relajar, ¿por qué no completar la experiencia y asistir a una clase de Yoga en mitad de la selva? En Sri Yoga tendréis la oportunidad de disfrutar de una clase (para todos los niveles) en un lugar precioso y rodeado de naturaleza. Hasta los más escépticos lo disfrutarán.

Desde este punto, nos vamos a un punto fotográfico clave, el Columpio de Delawalle. Las míticas fotos de una cuerda sobre la que se columpia alguien en la playa se hacen aquí. Os pongo la dirección exacta para que no perdáis tiempo buscándolo.

A continuación pasaremos la tarde en Galle. Bastión de las culturas Portuguesa y Holandesa, Galle ha sufrido diversas transformaciones que hacen que sea un placer y una sorpresa pasear por sus calles. Principalmente recomendamos pasear por el Fuerte Holandés, el Faro y los restaurantes/tiendas.

Noche en Unawatuna.

Día 12:

Para combatir la tristeza de tener que irnos de un lugar tan maravilloso, empezamos el día cogiendo nuestros trastos y yendo directos a las playas de Hikkaduwa y Bentota. Bien merecen la pena la visita. 

Allí vimos tortugas, lagartos y ¡hasta un pez globo!

Antes de caer la noche llegamos a Negombo. Allí no dejéis de pedir a vuestro guía que os lleve por un recorrido de los templos más relevantes, aunque sea para verlos desde el coche.

Y por si tenemos algunas compras pendientes, en Negombo podréis encontrar los mejores descuentos e infinidad de tiendas para que no dejemos de comprar todo lo que buscamos.

Noche en Negombo.